Todos los días salimos de casa para ir al trabajo, a la
escuela, hacer compras, hacer ejercicio, el constante ajetreo, que deriva en una
de las necesidades más frecuentes y necesarias del ser humano: hidratarnos, y ¿Qué
es lo más fácil? Ir a la tienda, comprar una botella, consumir el líquido y
desecharla o en el mejor de los casos reutilizarla unas cuantas veces y tirarla.
Y lo hacen así muchas personas, todos los días, comprando y comprando, una,
dos, tres botellas plásticas que terminan en algún lugar de la calle, del
campo, en algún basurero o con suerte en una recicladora.
De acuerdo con estudios realizados por la UNAM en México se
generan tres millones 800 mil toneladas de basura plástica al año, de las cuales solo 1 millón
300 mil, son recicladas. El impacto ambiental que genera el plástico (desde su fabricación,
hasta ser desechado) no debe pasar desapercibido, una botella plástica común,
no se descompone, únicamente se fotodegrada a partículas invisibles (lo cual no
significa que haya desaparecido) tal proceso lleva cientos de años. El plástico
desechado termina en lugares como el océano (tal es el caso del Parche de Basura del Pacifico), donde
flora y fauna se ven afectados, además de dar un aspecto desagradable al
paisaje.
Imagen planetatequieroverde.org
Pero el pastico no solo afecta nuestros ecosistemas, también
a nosotros, mientras lo utilizamos, ya que libera sustancias como el Bisfenol A
o mejor conocido como BPA, que al ser liberada en el cuerpo puede llegar a
ocasionar alteraciones hormonales, malformaciones o incluso cáncer.
¿De qué forma podemos contribuir con el medio ambiente y con
nuestra salud? Evitando el consumo de agua en botellas plásticas, con acciones
tan sencillas como salir de casa con la cantidad necesaria de agua en una
cantimplora, que son fáciles de conseguir a precios accesibles, con una vida útil
más larga que la de una botella plástico común y muchas incluso con la garantía
de no contener BPA.
Imagen labnitrition.com
Muchas instituciones están evitando el uso de botellas plásticas,
de hecho hace unos meses la alcaldía de la ciudad de San Francisco, California,
aprobó una ley que prohíbe la venta de agua embotellada, esta medida fue tomada
debido al alto número de botellas utilizadas, ya que de acuerdo con las estadísticas
cada estadounidense consume en promedio 167 botellas de plástico al año. Se
espera que entre en vigor en octubre de 2014, y que otras ciudades adopten este
modelo.
Imagen fuett.mx
No es necesario que en nuestra ciudad o comunidad existan
este tipo de leyes para que cada uno de nosotros tome la iniciativa de hacer de
este un ambiente más limpio y sano, podemos cambiar nuestros hábitos, promover
entre nuestros diferentes círculos este tipo de acciones que sumadas harán una
notable diferencia. ¡Comencemos ahora a ser
una sociedad preocupada y ocupada por el ambiente! Comencemos ahora con
sustentabilidad en casa…